Si llevas un tiempo dándole vueltas a montar algo por tu cuenta —una tienda online, un estudio creativo, un pequeño negocio de servicios, lo que sea—, seguro que hay una pregunta que te ronda:
“¿Me doy de alta como autónomo o monto una sociedad?”
Y claro, la opción del autónomo suena fácil, rápida, sin tanto papeleo ni inversión inicial. Pero no siempre es la mejor. Lo que mucha gente no te cuenta es que existe una opción intermedia, algo así como el “nivel 2” del emprendedor solitario: la Sociedad Limitada Unipersonal, o SLU.
Una figura que te permite arrancar con estructura de empresa desde el minuto cero, sin necesidad de tener socios, y con bastantes ventajas si sabes cómo gestionarla.
Vamos a hablar de eso. De por qué no hace falta tener 10 empleados ni una oficina en un rascacielos para dar el salto. De cómo puedes protegerte, planificar mejor, y sentirte más “empresario” desde el principio. Aunque seas tú solo.
¿Por qué hablar de una SLU antes incluso de empezar?
Porque desde el principio, lo que decidas te condiciona a medio plazo. No solo en temas fiscales, sino también en cómo te perciben los demás, cómo te organizas tú y, sobre todo, en cómo te tomas en serio tu proyecto.
Mucha gente piensa: “Ya me haré empresa si me va bien”. Pero lo cierto es que montar una SLU no es tan caro ni tan complicado, y muchas veces te permite empezar con el pie derecho.
Además:
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¿Y si quieres tener un nombre comercial desde el principio?
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¿Y si quieres evitar poner tu DNI en cada factura?
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¿Y si no quieres que cualquier lío legal acabe afectando a tu patrimonio personal?
Pues ahí está la clave. Una SLU te da todo eso, sin tener que compartir el negocio con nadie, sin buscar socios, sin depender de terceros.
Vale, ¿pero qué tiene de especial una SLU?
Te lo digo claro: es una empresa de un solo socio. Ese socio eres tú.
Y aunque legalmente sea “una sociedad limitada” como cualquier otra, tiene ventajas si vas por libre:
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Puedes empezar solo, sin junta de socios, sin asambleas.
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Tienes imagen profesional desde el primer día.
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Tus cosas personales no se mezclan con las del negocio.
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Puedes hacer crecer tu empresa y añadir socios después si quieres.
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Y encima, en muchos casos, pagas menos impuestos que como autónomo.
Además, muchas plataformas digitales, grandes proveedores o empresas te pedirán facturas con datos de empresa. Con una SLU, lo tienes resuelto.
Lo que nadie te dice: la mentalidad cambia
Una cosa que cambia (y mucho) cuando montas una sociedad, aunque sea unipersonal, es la forma en la que ves tu proyecto.
Cuando eres autónomo, tiendes a hacerlo todo tú. Cobras, pagas, gestionas… y muchas veces todo pasa por tu cuenta personal. En cambio, con una SLU, desde el día uno sabes que tienes que:
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Separar tus finanzas
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Pensar en términos de beneficio empresarial, no de “me entra y lo gasto”
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Llevar una contabilidad seria (aunque la lleve tu asesoría)
Y eso, aunque parezca una tontería, te ayuda a pensar como empresario. A tomar mejores decisiones. A profesionalizar desde el primer paso.
¿No suena a demasiado lío para algo pequeño?
Es la duda clásica. Pero hoy montar una SLU es más fácil de lo que crees.
Si no quieres complicarte, lo mejor es contar con una asesoría que se encargue de todo. Desde los papeles del notario hasta el alta en Hacienda. Desde la cuenta bancaria hasta el modelo 036.
Y aquí es donde entra una recomendación que te puede ahorrar muchos dolores de cabeza…
Deja que APF Consultores se encargue del principio (y del resto)
Si vas a montar tu sociedad limitada unipersonal entra en https://apfconsultores.es/sociedad-limitada-unipersonal/, no empieces solo. En APF Consultores saben perfectamente cómo hacerlo de forma rápida y bien hecha. Te tramitan la constitución de tu sociedad, te asesoran sobre lo que más te conviene según tu actividad, y lo mejor: luego te acompañan con todo lo fiscal y contable.
Porque no se trata solo de “crear una empresa”. Se trata de llevarla bien desde el principio, sin sustos, sin errores de novato, y con alguien al otro lado que te explique las cosas sin jerga.
Vamos, que si vas a lanzarte… lánzate a gusto. Y con respaldo.
Lo importante: que tomes una decisión consciente
Al final, este artículo no pretende decirte que la SLU es la mejor opción para todo el mundo. Lo que pretende es abrirte una posibilidad que quizá no tenías en el radar.
Si tienes claro que quieres emprender, si vas a mover ingresos que no son cualquier cosa, o si simplemente quieres profesionalizar desde el principio… dale una vuelta a lo de la Sociedad Limitada Unipersonal. Puede marcar la diferencia.
Y si te decides, ya sabes: APF Consultores está ahí para hacer que todo ese proceso sea sencillo, rápido y sin estrés.
Porque cuando uno arranca, lo último que necesita es estar pendiente del BOE, del modelo 303 o de si puso bien la fecha en la escritura del notario.
Tú céntrate en lo tuyo. Ellos se encargan del resto.