En mi mesilla de noche, sigiloso y pendiente, descansa mi pequeño pero mortal vibrador clitoriano. Hasta el momento en que abro el cajón para darle vida, claro.
Nacimiento del vibrador clitoriano
Este, es un llamamiento a las mujeres que habitan en la faz de la tierra, pues tienen que saber quién confeccionó este bendito invento. Fue el médico británico Joseph Mortimer Granville, por la época victoriana.
¿Sabías que hasta mediados del siglo XIX existía en la medicina occidental, una enfermedad llamada histeria femenina? En el contexto de la época se la llamaba «paroxismo histérico» y cualquier cosa de nada era más que suficiente a fin de que a una la consideraran histérica: que si no duerme por las noches, que si pierde el hambre, que si le duele la cabeza.
Antes que el vibrador hiciese su aparición estelar, el tratamiento consistía en que el propio médico acariciaba manualmente a la paciente hasta el momento en que alcanzaba el clímax, curando de este modo la histeria. Vamos, que literalmente la masturbaba. El tratamiento masturbatorio concluía cuando la mujer llegaba al clímax, a lo que se referían como «paroxismo histérico», considerando el deseo sexual femenino reprimido como una enfermedad.
Quizá por el hecho de que el buen doctor no desearía caminar todo el día in fraganti (tampoco era lo más ortodoxo médicamente) o bien por el hecho de que a su esposa no le haría ni maldita gracia que se pasara el día dando clímax a otras (tal vez a todas y cada una menos a ella) y metiendo los dedos en las vaginas de media urbe, Granville ideó el primer vibrador a pilas con fines puramente terapéuticos, reemplazando las manos del médico por una genuina bomba orgásmica.
Fue en mil ochocientos setenta. El nuevo artefacto lograba que, en menos de diez minutos, las pacientes alcanzaran el clímax y se volviesen histéricas.
Invento del vibrador electrico
Hubo entonces que esperar hasta finales del siglo, para poder ver como en los balnearios más suntuosos de Europa y USA, los tratamientos anti histeria con vibradores, alcanzaban una popularidad absoluta. No fue hasta mil novecientos dos, cuando la compañía estadounidense Hamilton Beach, lanzó el primer vibrador eléctrico destinado en venta comercial, transformando al vibrador en el sexto aparato familiar en ser electrizado. De esta manera, fue como este pasatiempo sexual empezó a venderse como churros y muchas compañías diseñaron sus modelos.
Las diferentes versiones se anunciaban en revistas y catálogos de tendencia y confección, como máquinas de masaje antiestrés. Razón no les faltaba. Una página del catálogo Sears de electrodomésticos de mil novecientos dieciocho, incluye un vibrador portátil con accesorios, anunciado como “muy útil y satisfactorio para el empleo casero“. A ver si lo hallan entre todas y cada una de las ayudas para ellas.
Estamos hablando de un artículo de gran ayuda y efectividad para muchas mujeres, el vibrador clitoriano nos relaja más, que un tranquilizante farmacéutico.
Con el tiempo y una caña, la imagen y reputación de los vibradores cambió totalmente a mediados del siglo veinte. Para bien y para mal, te lo explico. En mil novecientos cincuenta y dos, la Asociación Americana de Siquiatría, al fin declaró oficialmente que la histeria femenina no era una enfermedad lícita, sino más bien un mito obsoleto, retrógrado y trasnochado. Por otro lado, los vibradores adquirieron más difusión con un cine porno que empezaba a enseñar actrices usando el vibrador como juguete para el placer sexual.
Vibrador clitoriano auténtico placer
Hasta el momento los vibradores se ofrecían disfrazados con fines terapéuticos, más se hizo público que el tratamiento para la histeria femenina era esencialmente una sesión de masturbación pues la enfermedad no existía, y el cine porno mostraban a las actrices porno disfrutando de la mano de estos artefactos, ratificando el genuino empleo del vibrador, la gente comenzó a ver a los vibradores como objetos de perversión sexual.
Quizás ese fue el motivo por el que desaparecieron de las revistas femeninas, catálogos y estantería de tiendas como Sears, donde se habían exhibido sin vergüenza a lo largo de prácticamente medio siglo. Gracias a la modernización de la sociedad, la revolución tecnológica, al empeño de los fabricantes de artículos eróticos, actualmente con estos artefactos una se corre en menos que canta un gallo.
Variedad en vibrador clitorianos
Exactamente esta mañana ando más feliz que una perdiz. Si bien el día de hoy he dormido sola, esta mañana he salido folladita de casa. No ha sido en brazos de un hombre, esta vez mi vibrador, que es mi voraz fuente de placer onanista, me ha dado lo mío. Te lo mandan online, totalmente confidencial, desde https://www.vibradores.online/vibrador-clitoriano
El placer con él, junto a él, provocado por él, es infinito.
Que los hombres no se alarmen, no se me echen las manos a la cabeza y clamen al cielo. Los vibradores pueden ser, si desean y se dejan llevar, geniales aliados para los hombres que se atrevan a crear. Con o bien sin vibrador…